¿QUÉ SE ENTIENDE POR EDUCACIÓN INCLUSIVA?
La educación inclusiva no tiene que ver solo con el acceso de
los alumnos con discapacidad a las escuelas comunes sino con eliminar o
minimizar barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el
alumnado:
Muchos estudiantes experimentan dificultades porque no se tienen
en cuenta sus diferencias en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Los
diversos grupos sociales, etnias y culturas tienen normas, valores, creencias y
comportamientos distintos, que generalmente no forman parte de la cultura escolar,
lo que puede limitar sus posibilidades de aprendizaje y de participación, o
conducir a la exclusión y discriminación. La oferta curricular, la gestión
escolar, las estrategias de aprendizaje que se utilizan en el aula y las
expectativas de los profesores, entre otros, son factores que pueden favorecer
o dificultar el desarrollo y el aprendizaje de los alumnos y su participación
en el proceso educativo. El mismo alumno puede tener dificultades en una
escuela y no en otra, dependiendo de cómo se aborden en cada una las
diferencias. Esto significa que si la escuela puede generar dificultades,
también está en su mano poder evitarlas. La escuela tiene, por tanto, un papel
fundamental para evitar que las diferencias de cualquier tipo se conviertan en
desigualdades educativas y por esa vía en desigualdades sociales, produciéndose
un círculo vicioso difícil de romper. Las escuelas inclusivas representan un
marco favorable para asegurar equiparación de oportunidades y la plena
participación, contribuyen a una educación más personalizada, fomentan la
colaboración entre todos los miembros de la comunidad escolar y constituyen un
paso esencial para avanzar hacia sociedades más inclusivas y democráticas.
VÍNCULO FAMILIA–ESCUELA: EDUCACIÓN INCLUSIVA
Aspectos claves (según UNESCO, 2004):
La participación de las
familias y las comunidades es fundamental para asegurar una educación de
calidad para todos. La educación no solo es un tema de los profesionales. Las
familias y las comunidades tienen derecho a participar y pueden hacer variadas
contribuciones. En especial, porque tienen un conocimiento de sus hijos que los
profesionales no tienen. El desarrollo de la participación de la familia y la
comunidad es un proceso paso a paso, que se basa en la confianza. Las familias
y los grupos de la comunidad pueden asumir un liderazgo activo que favorezca
una educación inclusiva. El derecho de la familia a participar puede
incorporarse en la legislación o en el sistema local de administración escolar.
Las escuelas pueden asumir el rol de recurso para la comunidad ofreciendo
servicios o actuando como base para otros servicios
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